sábado, 23 de abril de 2016

V DOMINGO DE PASCUA "LES DOY UN MANDAMIENTO NUEVO: QUE SE AMEN UNOS A OTROS; COMO YO LOS HE AMADO"


Este amor es el fundamento y germen del Reino nuevo que Cristo ha venido a inaugurar. Es este amor el que todo lo hace nuevo e inaugura ya en esta tierra un pueblo nuevo, una comunidad de personas que ha de distinguirse ante todos por el amor que se tienen los unos a los otros. Este reino inaugurado por el Señor en la tierra aguarda su consumación en el cielo nuevo y la tierra nueva en los que Dios y los hombres vivirán en plena comunión.
¿Pero por qué dice Jesús que este mandamiento es “nuevo”? ¿Dónde está la novedad, si el mandamiento del amor al prójimo ya existía en la Ley antigua? (ver Lev 19,18). La novedad está en el modo de amar, la novedad está en amar como Cristo nos amó, es decir, en amar con su mismo amor. El Señor Jesús es modelo y fuente del amor que reconcilia y renueva al ser humano, del amor que hace de él una nueva criatura, del amor que se convertirá en el distintivo de sus discípulos: «En esto reconocerán todos que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan unos a otros».




domingo, 17 de abril de 2016

IV DOMINGO DE PASCUA "EL BUEN PASTOR"

Jesús nos dice con firmeza y ternura:"Pequeña oveja, estás en mis manos, nadie te arrebatará, yo me encargo de ti". Estar en las manos de Dios es lo mejor que nos puede pasar.




domingo, 10 de abril de 2016

III DOMINGO DE PASCUA. «Pedro, ¿me amas más que éstos?»

San Pedro fue un gran amante de Nuestro Señor. Falló una vez y le negó, todos lo sabemos y él jamás lo olvidaría. Pero después de ese suceso penoso hizo su fuerte resolución de jamás abandonar al Maestro. Jesús no duda del amor de su "Roca", pero le hace un triple examen para poderle repetir tres veces cómo quiere él que le demuestre su afecto. "Me amas. Apacienta mis ovejas".

Muchas formas ingeniosas podemos idear para manifestar nuestro amor, pero siempre será mucho más acertada aquella que nuestra persona amada nos ha confiado que le gusta más. Desde entonces San Pedro tuvo muy claro que amar a su grey -todos los cristianos- era lo mismo que amar a su Maestro, y que si quería darle su vida debía darla a sus ovejas. Lo importante siempre es hacer lo que Dios quiere y como Él lo quiere.




domingo, 3 de abril de 2016

SEÑOR DE LA DIVINA MISERICORDIA

El Señor Jesús, preguntado por lo que significaban, explicó: “El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas (….). Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos” (Diario, 299).
Purifican el alma los sacramentos del bautismo y de la penitencia, mientras que la alimenta plenamente la Eucaristía. Entonces, ambos rayos significan los sacramentos y todas las gracias del Espíritu Santo cuyo símbolo bíblico es el agua y también la nueva alianza de Dios con el hombre contraída en la Sangre de Cristo.
A la imagen de Jesús Misericordioso se le da con frecuencia el nombre de imagen de la Divina Misericordia. Es justo porque la Misericordia de Dios hacia el hombre se reveló con la mayor plenitud en el misterio pascual de Cristo.