sábado, 1 de marzo de 2014

8º Domingo Tiempo Ordinario.


Seguramente hay muchas cosas que nos inquietan en el día a día: las urgencias económicas, los problemas que resolver y las necesidades por cubrir. Jesús nos lleva a la experiencia profunda y pacífica de un Dios que, como un padre y una madre, conoce nuestras necesidades y provee lo necesario para nuestra vida. Jesús quiere que vivamos libres de la inquietud y la preocupación. Que nos ocupemos de las cosas mientras nuestra vida está entregada, serenamente, en las manos de Dios que vela por nuestros asuntos.
 


 

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