Ave María Purísima
En el silencio se reconoce el mundo interior y es el terreno donde crecen los valores
¿Qué es lo que expresamos? ¿Qué es lo que comunicamos a los demás?
Expresamos lo que somos, y cómo estamos y nos sentimos.
Expresamos nuestros valores más profundos, no lo que decimos con palabras sino lo que sentimos en nuestro interior. Esto es lo que en definitiva llega a los demás. Todo lo que expresamos externamente se germina en el interior de nuestro ser.
El silencio facilita una experiencia que nos lleva a la reflexión y al trabajo personal del mundo interior.
Cuando aprendemos a dirigirnos hacia nuestro interior en silencio, son muchos los beneficios que descubrimos:
-Soy capas de vivir y sentir el momento presente.
-Mi mente se relaja y experimento calma y serenidad.
-Me convierto en el observador desde una distancia. Puedo escucharme y conocerme mejor.
-Estoy más predispuesto a concentrarme. Se desarrolla mi potencial creativo y una visión más amplia de la realidad.
-Restauro el equilibrio entre mundo interior, pensamientos y sentimientos, y el mundo exterior, palabras y acciones, aumento la calidad de lo que hago.
En esa paz interior empiezo a redescubrir mis valores innatos, mi vida se empieza a llenar de caridad.
Aprendo a expresar con seguridad y confianza los sentimientos que voy descubriendo.
Experimentar el silencio es como ir a las profundidades del océano, en la superficie hay ruidos y corrientes en el fondo hay calma y quietud.
(Revista Silencio OSC )
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