viernes, 30 de septiembre de 2016

SEXTO DÍA DE NOVENA A FRANCISCO: "Francisco y la Naturaleza"

Para Francisco, contemplar la creación era experimentar la grandeza y la prodigalidad del Dios Altísimo… Nada tan bello, tan extremadamente hermoso como la Creación de Dios. Tan pura y tan idéntica, y tan radicalmente divina. Con esta naturaleza se identificó Francisco. Con esta naturaleza comulgó a Dios. Y esta naturaleza, únicamente divina, es la fuente de la ecología franciscana.

Francisco admiraba la naturaleza. Sentía un gran amor por los animales, platicaba con ellos, los cuidaba y protegía. Sabía que en la creación estaba la huella de Dios.
  "Tú Francisco, por humildad, no quisiste nunca pensar como los hermanos de tu fe que Dios hizo a las criaturas: corderos, vacas, venados para el servicio y gloria del hombre. Las criaturas nacieron para sí mismas, y por eso tú las llamabas hermanas. " (G.Mistral, Motivos de S.Fco.).

San Buenaventura refiere que, cierto día, estando el Santo en el convento de Nuestra Señora de los Ángeles, una persona tuvo a bien regalarle una ovejita, y la recibió con mucho agradecimiento, porque le complacía ver en ella la imagen de la mansedumbre.

Después de recibida, mandó San Francisco a la ovejita que atendiese a las alabanzas que se tributaban a Dios y no turbase la paz de los religiosos con sus balidos. El animal, como si hubiese entendido al siervo de Dios, observaba con fidelidad su mandato pues tan pronto como oía el canto de las divinas alabanzas en el coro, se aquietaba, y si alguna vez se metía en la capilla, quedábase inmóvil en un rinconcito sin causar la menor molestia.

Pero el prodigio era ver cómo después del rezo divino, si se celebraba el santo Sacrificio de la Misa, al tiempo de elevar el sacerdote la Sagrada Hostia, la ovejita, sin ser enseñada de nadie, se ponía de pie e hincaba las rodillas en señal de reverencia a su Señor.
San Francisco amó a todas las criaturas de Dios y siguió Su ejemplo de bondad, misericordia, compasión y amor por toda la creación.

Oraciones franciscanas por todos los animales


Bendito seas, Dios Todopoderoso,
creador de todos los seres vivos.
En el quinto y sexto días de la creación,
Tú creaste peces en los mares,
aves en el aire y animales en la tierra.
Tú inspiraste a San Francisco para que considerara a todos los animales
como sus hermanos y hermanas.
Te pedimos que bendigas a este animal.
Por el poder de Tu amor,
permite que [el animal] viva según Tu deseo.
Siempre serás alabado
por toda la belleza de Tu creación.
¡Bendito seas, Dios Todopoderoso, en todas Tus criaturas! Amén.

jueves, 29 de septiembre de 2016

QUINTO DÍA DE NOVENA A FRANCISCO:"Francisco y la fraternidad"

San Francisco de Asís es aquel que hizo verdad uno de los sueños  más profundos e irrenunciables del hombre: la fraternidad. De la fraternidad hizo una de la grandes prioridades  prácticas del proyecto de vida, que lleva creando, en torno a sí, una singular comunidad de hermanos: en igualdad, la exclusión de todo dominio, el servicio y la obediencia recíproca, el respeto a las diferencias, el afecto mutuo, y la expresión privilegiada de la gratuidad de su vida fraterna. Y en el centro de la vida cotidiana apone el perdón, un lucido acto creador de reconciliación fraterna.
  Uno de los pilares fundamentales que sustentan el ideal Franciscano es "LA FRATERNIDAD, valor de la convivencia de un grupo de hermanos en torno a Cristo, de la misma forma como Jesús vivió con sus discípulos, así mismo quiso experimentar Francisco ese ideal en su vida, en una relación de hermandad, de aceptación mutua, de minoridad (pues nadie es más o menos que el otro), y también bajo el concepto de una relación sincera y de respeto, pues el hermano espiritual es un regalo de Dios, no elegido por uno mismo sino entregado como una bendición en nuestras vidas.
Por ello Francisco repetía en su testamento: “El Señor me dio hermanos

miércoles, 28 de septiembre de 2016

CUARTO DÍA DE NOVENA A FRANCISCO:"Francisco y la minoridad"

Francisco quiso que entre sus frailes ninguno fuese llamado prior, sino que todos indistintamente se llamaran sencillamente hermanos menores (cfr. Rnb VI, 3-4).
La minoridad nace en Francisco de Asís como regalo frente al amor de Dios, que no dudó en entregar a su Hijo que se hizo hombre y se hizo obediente hasta la muerte de cruz (Fil 2,6-8; 2CtaF 1), haciéndose así menor y sometido a todos.
Cuenta Celano que San Francisco "era menor por profesión" pues era consciente que el mismo Cristo "se humilla cada día como cuando desde el trono real bajó al seno de la Virgen: diariamente viene a nosotros con humilde semblante; diariamente desciende del seno del Padre al altar en las manos del sacerdote"
Francisco encontró el fundamento de la minoridad en el Dios- hombre, en el Cristo crucificado de San Damián. El encuentro con el leproso abandonado y excluido de la sociedad y del sistema de su tiempo, hizo sí que ‘saliese’ del siglo y cambiase su condición social y su residencia, emigrando a Santa María de los Ángeles, se hizo menor.
Francisco realizó opciones valientes de minoridad:
• Autoridad sin poder que domina,
• Servicio caracterizado por la humildad,
• Relaciones fraternas con toda la creación,
La minoridad implica el reconocimiento del don del hermano y lleva al ejercicio común de la corresponsabilidad y de la participación de todos los hermanos en la animación de la fraternidad.
En la fraternidad donde todos han elegido ser menores y servir mas que ser servidos, todos no solo se llamen indistintamente hermanos, sino que  realmente lo sean en la participación y en las decisiones relativas a la vida de la fraternidad.

martes, 27 de septiembre de 2016

TERCER DÍA DE NOVENA A FRANCISCO: "Francisco y la Dama Pobreza"

Francisco comentaba: "sí, estoy enamorado y es de la novia más fiel y más pura y santificadora que existe". Los demás no sabían de quién se trataba, pero él sí sabía muy bien que se estaba enamorando de la Dama  pobreza, se enamora de la Pobreza, a la que llama "Dama", puesto que fue el vestido que escogió el Hijo de Dios al Encarnarse.
La pobreza una manera de vivir lo más parecida posible al modo totalmente pobre como vivió Jesús... Y se fue convenciendo de que debía vender todos sus bienes y darlos a los pobres. 
Paseando un día por el campo, encontró a un leproso lleno de llagas y, venciendo la espantosa repugnancia que sentía, le besó. A partir de entonces empezó a visitar a los enfermos en los hospitales y a los pobres. Y les regalaba cuanto llevaba consigo.
A pesar de predicar especialmente a los pobres e identificarse con ellos, “Francisco tenía el hábito de alertar a sus discípulos, exhortándolos a no condenar y no despreciar a aquellos que vivían en la opulencia y vestían con lujo. Decía que “también ellos tienen a Dios por Señor, y que Dios puede, cuando quiere, llamarlos, como a los otros, y hacerlos justos y santos”. Uno de esos nobles le dio al Poverello el Monte Alvernia, donde recibiría la mayor gracia de su vida.
Por tanto, sabía Francisco que abrazar la Pobreza es abrazar a Cristo Crucificado, y que no se puede llegar a abrazarle mientras no se desprenda el alma de todo afecto o querer particular.

lunes, 26 de septiembre de 2016

SEGUNDO DÍA DE NOVENA A FRANCISCO: "Francisco y la Oración"

Francisco  a través de su vida diaria siempre oraba y esto se puede apreciar en momentos importantes como en la ermita de San Damián, ahí Cristo le habla; en el monte Alvernia donde recibe las llagas y compuso las alabanzas al Dios Altísimo, además en Greccio representando el primer pesebre viviente.

  Es interesante hacer notar que Francisco se preocupaba por preservar el espíritu de oración, por ello cuando escribe a San Antonio concediéndole permiso para enseñar la sagrada teología a los hermanos le pide que el estudio de esta debe ser  hecho de modo que no “apague el espíritu de la santa oración y devoción.”

La oración era para Francisco la respuesta natural a la presencia de Dios en su vida, ella deja de ser un deber u obligación y se transforma más bien en el modo en el que “vivimos, nos movemos y somos” (Hch 17,28).

Una dificultad notable para la vida de oración en nuestro mundo actual es la falta de tiempo. Por ello Francisco propuso tres libros de oración a sus primeros seguidores: El Evangelio, la cruz y la naturaleza.
Quizás nosotros también necesitemos aprender a leer de verdad estos libros.
Por desgracia no estamos acostumbrados a hacer un alto para descubrir el sentido verdadero y esencial de las cosas que nos rodean.
Estamos ocupados y ansiosos acerca de muchas cosas,  la misma observación que Jesús hizo a Marta hace tantísimos años (cfr. Lc 10) y muchas veces nos sentimos arrastrados en direcciones opuestas. A esto Francisco propone una simple solución: orar siempre.




domingo, 25 de septiembre de 2016

Domingo XXVI del Tiempo Ordinario - "Misericordia: puente sobre el abismo"

La parábola del rico sin nombre y el pobre Lázaro comienza como un cuento moralizante. Pero su final no tiene una moraleja, sino que es sabiduría de salvación para nosotros. Es parte del anuncio del Reino que vino a instaurar Jesús.

No se debe deducir que en el más allá todo cambia para bien del que lo pasa mal en esta vida y pensar en la eternidad como un consuelo para nuestras frustraciones. El Señor no condenó la buena vida, ni las riquezas de este hombre que vivía a cuerpo de rey, ni sus banquetes.

Condenó que no supiera ver al prójimo y que no solo no tratara de superar el abismo entre los dos, sino que, además lo aumentara.

La misma brecha que los dividía aquí es la que encontró después. Nada podía colmarlo, y, en el más allá, era imposible hasta para Abraham, el padre de todos.

El rico podía llenar ese abismo con misericordia y construir un puente entre él y Lázaro. En cambio, no hizo nada y lo eternizó con sus acciones. El infierno no es el fruto inesperado del juicio, sino la lenta maduración de nuestras acciones en esta vida. Todo se decide en esta vida.

El error del rico es no haberse dado cuenta de la existencia del pobre que estaba a su puerta, para él Lázaro no existía.

El mal es la indiferencia con la que dejamos intacta la separación entre nosotros y nuestros prójimos. El primer milagro de un bautizado es advertir que los demás existen y tender puentes de misericordia y perdón. Esa es la única manera de superar los abismos. Es notable que en la parábola ni se nombre a Dios... Pero su presencia resulta tan notoria que ni hace falta mencionarlo.

Jesús vino a este mundo y se hizo como un hombre cualquiera para construir un puente entre Dios y nosotros. Así enseñó con su vida y su muerte que somos hermanos y llegamos al Padre que nos espera a todos del otro lado

P. Aderico Dolzani,SSP


PRIMER DÍA DE NOVENA DE SAN FRANCISCO "Señor, haz de mi un instrumento de tu paz".

En la Leyenda de los Tres Compañeros encontramos la admonición de Francisco a sus hermanos: “Que la paz que anuncian de palabra la tengan, y en mayor medida, en sus corazones. Que ninguno se vea provocado por ustedes a ira o escándalo, sino que por vuestra mansedumbre todos sean inducidos a la paz, a la benignidad y a la concordia. Pues para esto hemos sido llamados: para curar a los quebrados, para vendar a los heridos y para corregir a los equivocados”.


Haz de mi un instrumento de tu Paz, Videoclip Musical from JMJ Producciones on Vimeo.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Domingo XXV del Tiempo Ordinario - "Somos simples administradores"

Es increíble y meticuloso el sistema desarrollado por el hombre para atestar que es propietario de algo y asegurarse de que nadie se lo vaya a enajenar. Escrituras, contratos, acuerdos, sellos y garantías.
Cuando ya tenemos todos los documentos, nos serenamos porque somos dueños exclusivos. Todos acatamos este sistema, que es aún más minucioso en el caso de las asociaciones, de los
estados, de las multinacionales. Forma parte del culto a la propiedad. En tiempos no muy remotos, esclavitud mediante, nos adueñábamos legalmente hasta de las personas.
Sin embargo, si nos detenemos a meditar un instante, podemos ver que no somos propietarios de nada. Desnudos hemos venido al mundo y desnudos vamos a partir. Con todos esos documentos podemos solo demostrar que estamos administrando durante un breve período bienes que en el fondo pertenecen a Dios.
Si somos los felices titulares de una casa o departamento, pensemos cómo lo gestionamos para que sirva al plan de Dios. Si somos una nación soberana, ¿cómo administramos esta porción del planeta que está en nuestras manos? ¿Está en función del bien común o buscamos aprovecharnos de cualquier oportunidad para apropiarnos de lo público?
Si convivimos en una ciudad, cómo cuidamos el espacio público para que sea una morada digna para todos... Basta ver como abunda la basura para no dudar de la irresponsabilidad de ciertas actitudes.
La humanidad habita esta tierra e incursiona ya en los planetas, no obstante se comporta como dueña arruinándola y corriendo el riesgo de autodestruirse...El centro del evangelio de hoy es claro: no se puede servir a dos señores, al dinero y a Dios. En eso se nos va la vida.
 P. Aderico Dolzani,SSP


domingo, 11 de septiembre de 2016

Domingo XXIV del Tiempo Ordinario - "Dios siempre está buscándonos "

Lucas dedica el centro de su evangelio a la misericordia, que Jesús enseña con parábolas y con el ejemplo de vida. El Evangelio, hoy inicia diciendo que se dirige a los escribas y los fariseos que se creían justos. Como si hoy hablara a los que se creen los buenos de nuestras comunidades. El Señor no condena a nadie, pero invita a los justos a que no se fíen de la propia justicia y se dejen convertir por la justicia de Dios.
El pecador siente necesidad de la misericordia cuando reconoce su condición; el que se cree justo no la quiere para sí, ya que piensa que no la necesita para sí ni para los otros por ser culpables. Así pensaba Jonás. De este modo, se rechaza a Dios al despreciar su amor por todos sus hijos. Dios no nos perdona porque hemos pecado, sino porque somos sus hijos.
En el Antiguo Testamento, Dios se revela en los profetas y los salmos como pastor. En los evangelios, se define como el buen Pastor. En la parábola del hijo pródigo y en muchos pasajes de la Escritura, su corazón se dirige al hijo que falta, y no basta con la presencia de todos los demás para consolarlo. Cada uno de nosotros tiene un valor infinito para su corazón de Padre.
En las parábolas, podemos ver que la oveja perdida es encontrada no por su conversión sino porque el buen Pastor sale a buscarla. En la parábola de la dracma Dios toma el rostro materno. Nada puede hacer la moneda para ser hallada, es Dios con rostro de madre que la busca hasta encontrarla. En el relato del hijo pródigo, el muchacho se fue feliz con la herencia, y el Padre sufrió la pérdida.
La iniciativa es siempre de Dios, padre rico en tiempo y misericordia. Su alegría será completa cuando pecadores y justos se conviertan por igual para poder ser amados por Dios y amarse entre ellos. Hoy Dios tomó la iniciativa con cada uno de nosotros

P. Aderico Dolzani,SSP

domingo, 4 de septiembre de 2016

Domingo XXIII del Tiempo Ordinario - "Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío"

Una muchedumbre acompaña a Jesús, pero él no se asombra por el número, no espera la aprobación ni el aplauso; le interesa la integridad del corazón de cada uno de los que lo siguen, especialmente de sus discípulos.

En esas condiciones, muchos líderes de este mundo buscarían alagar a las masas para aumentar la aprobación y así sostener sus propios intereses de dominio sobre las personas. Políticos, comunicadores, artistas, publicistas... son maestros en estas artes de seducción.

Jesús, en cambio, pronuncia palabras fuertes a todos los que lo escuchan: “Si uno no me ama más que a sus padres, mujer e hijos...”. “Si uno no me ama más que a su propia vida...”. “El que no renuncie a todos sus bienes no puede ser mi discípulo”.Estas palabras son como los clavos de la cruz: si las escuchamos, entran en nuestra carne viva y duelen. Pero condicionan la vida, que de otra manera la perdemos. Para comprender el mensaje de Jesús, no debemos poner el centro del texto de hoy en las renuncias, sino en el deseo de ser sus discípulos, compañeros en la vida.

La renuncia sola produce insatisfacción y frustraciones, no felicidad. Renunciar para conquistar y vivir un amor nos hace felices. Jesús no pretende mucho de nosotros, quiere absolutamente todo, como todo amor grande y único.

En la vida avanzamos sobre la base de renuncias y sacrificios, de lo que somos capaces de dejar libremente porque vivimos una pasión que nos empuja y obliga desde el corazón. Rezamos verdaderamente cuando nos disponemos a decirle a Dios que lo amamos por encima de todas las cosas y las personas, y que nadie está antes que él. Esa es la fuerza de los mártires, de los santos y no una vana ascética masoquista.

Jesús, que nos visita en esta eucaristía, se hizo pan para cada uno de nosotros porque nos quiere. Hoy nos invita a ser el pan que necesitan nuestros hermanos.

P. Aderico Dolzani,SSP