domingo, 11 de septiembre de 2016

Domingo XXIV del Tiempo Ordinario - "Dios siempre está buscándonos "

Lucas dedica el centro de su evangelio a la misericordia, que Jesús enseña con parábolas y con el ejemplo de vida. El Evangelio, hoy inicia diciendo que se dirige a los escribas y los fariseos que se creían justos. Como si hoy hablara a los que se creen los buenos de nuestras comunidades. El Señor no condena a nadie, pero invita a los justos a que no se fíen de la propia justicia y se dejen convertir por la justicia de Dios.
El pecador siente necesidad de la misericordia cuando reconoce su condición; el que se cree justo no la quiere para sí, ya que piensa que no la necesita para sí ni para los otros por ser culpables. Así pensaba Jonás. De este modo, se rechaza a Dios al despreciar su amor por todos sus hijos. Dios no nos perdona porque hemos pecado, sino porque somos sus hijos.
En el Antiguo Testamento, Dios se revela en los profetas y los salmos como pastor. En los evangelios, se define como el buen Pastor. En la parábola del hijo pródigo y en muchos pasajes de la Escritura, su corazón se dirige al hijo que falta, y no basta con la presencia de todos los demás para consolarlo. Cada uno de nosotros tiene un valor infinito para su corazón de Padre.
En las parábolas, podemos ver que la oveja perdida es encontrada no por su conversión sino porque el buen Pastor sale a buscarla. En la parábola de la dracma Dios toma el rostro materno. Nada puede hacer la moneda para ser hallada, es Dios con rostro de madre que la busca hasta encontrarla. En el relato del hijo pródigo, el muchacho se fue feliz con la herencia, y el Padre sufrió la pérdida.
La iniciativa es siempre de Dios, padre rico en tiempo y misericordia. Su alegría será completa cuando pecadores y justos se conviertan por igual para poder ser amados por Dios y amarse entre ellos. Hoy Dios tomó la iniciativa con cada uno de nosotros

P. Aderico Dolzani,SSP

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