sábado, 2 de marzo de 2013

TERCER DOMINGO DE CUARESMA

 La parábola de la higuera estéril - El tiempo de la misericordia.

 El viñador tiene esperanza en la higuera, a pesar de su esterilidad constatada, él cree poder ayudarla a cambiar de situación volviéndola fecunda. El cambio será tal que el fruto esperado no será una cuestión casual, sino que será  duradero: “fruto en adelante” (13,9).

El año más de paciencia que se le pide al viñador evoca su misericordia. Esta misericordia se hace concreta en el servicio que  se le presta a la higuera para que genere vida (13,8).

De la higuera se espera una respuesta. De esta respuesta dependerá su vida en adelante. Por eso llama la atención la manera como se conjuga la misericordia (Dios le da un tiempo más) con la justicia (“Si no da [fruto], la cortas” (13,9). Esto equivale a decir: “El hecho que todavía estés aquí es una oportunidad que Dios te está dando. Él te ha tenido paciencia. Pero no abuses de la misericordia de Dios. Llegará un tiempo en que ya no podrás hacer nada”.

Jesús interpela a todo aquel que está siempre dejando “para mañana” la conversión, el dejar definitivamente un mal hábito, el corregir una conducta dañina.  El retraso de la conversión nos coloca en una situación peligrosa.  El Señor da un tiempo de espera, y no lo hace de brazos cruzados, Él hace todo lo que puede para que por fin la higuera comience a fructificar.  Pero al final, “si no da fruto, se corta” (13,9).



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