sábado, 17 de enero de 2015

II SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO - MAESTRO, ¿DÓNDE VIVES? ¡VEN Y VERÁS


¿Dónde vives?
Un principio lógico dice no responder nunca una pregunta con otra pregunta. Sin embargo, en la pregunta de los discípulos va implícita la respuesta a la pregunta de Jesús: ¿Dónde vives? Literalmente suena: ¿Dónde permaneces? Menein, en efecto, significa permanecer, y en forma coloquial vivir, de morar, y tiene una importancia fundamental en el cuarto evangelio, que juega con ambos sentidos. Baste recordar el capítulo 15, en donde la comunión vital con Cristo se indica precisamente con el “permanecer” en unión íntima, lo que hace posible dar frutos. Entonces, la pregunta de los discípulos va en esta línea de una comunión fructuosa de vida con él.

El proceso: venir y ver
Jesús los invita a hacer una experiencia (vengan a ver). No promete nada. No los abruma con una serie de requisitos, ni los apantalla con una serie de promesas; simplemente los invita a ver con sus propios ojos.

Venir. Es un verbo muy importante en Juan. En efecto, la fe es descrita como un venir (llegar) a Jesús (Jn 3, 21; 5, 40; 6, 35.37.45).

Ver. La experiencia personal es descrita como ver, naturalmente con los propios ojos. De hecho, nadie puede ver por nosotros y, por tanto, no se trata solamente de un ver físico, sino indica una experiencia personal que se concluye en ver más allá de la apariencia, concretamente en ver su gloria (2, 11). Si el proceso de la fe de los discípulos comienza con el ver a Jesús, para ver dónde y cómo vive y para permanecer con él, no estará completa hasta que vean su gloria y crean en él.
 
D.A.
 
 

 
 
 

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